domingo, 14 de diciembre de 2008

Director de Renata - Cartagena - Gana Premio

JOSE RAMÓN MERCADO
GANA PREMIO DE POESÍA

El escritor José Ramón Mercado Romero, vicepresidente de la Asociación de Escritores de la Costa y Director del Taller Nodal “Yngermina”, de la Red Nacional de Talleres de Escritura Creativa, se alzó con el premio de cinco millones de pesos ($ 5.000.000), de la VIII Convocatoria de Premios y Becas del Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena, en la modalidad de poesía.
El jurado que estuvo conformado por los escritores John Junieles y Gustavo Arrieta López, seleccionó como ganador el libro “Tratado de la Soledad”, entre 14 participantes.

Biografía

Poeta, dramaturgo, licenciado en Idiomas, narrador, cuentista y gran conversador. Nació en Naranjal (1937), un caserío del Municipio de Ovejas. Durante más de veintisiete años estuvo al frente de la rectoría del Colegio INEM de Cartagena, desde donde desarrolló una invaluable labor en pro de la educación de los estudiantes, sobre todo en el campo de la investigación y la creación.
Sus poesías hacen parte de antologías de poetas nacionales e internacionales. Es autor de los libros de poesías “El cielo que me tienes prometido”, “No solo poemas” (1970), “Las mismas historias” (1974), “Perros de Presa”, Agua de Alondra”, “Agua del tiempo muerto”, “Retrato de Guerrero”, “El baile de los bastardos”, “Árbol de Leva”, “La Casa del Conde”, “La Noche del Nocaut” y “Veinte poemas eróticos y una canción sosegada”, “Los días de la ciudad” (2004) y “Agua Erótica” (2005) y “Poemas y canciones recurrentes” (2008).
En 1974 recibió el Premio Nacional de Cuento con el libro “Las Mismas Historias”, el que escribió conjuntamente con su hermano Jairo. Mención de Honor en el Concurso Nacional de Cuentos Biblioteca “Gabriel Turbay” de Bucaramanga. Primer puesto en el Concurso Nacional de Cuentos de la Universidad Surcolombiana, en Neiva en 1975. Mención de Honor en 1976 en el Concurso Casa de las Américas en la Habana, Cuba, modalidad poesía. Ha siso incluido en varias antologías de poetas colombianos. Fue elegido como el mejor Poeta Nacional en el concurso organizado por la Casa de Poesía Silva.
Miembro Fundador de la Asociación de Escritores de la Costa, ha ocupado los cargos de Fiscal, vocal y vicepresidente y Presidente del Parlamento de Escritores del Caribe Colombiano, en los períodos 2005 y 2006.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Cuento

LA MOJARRA Y LA ARENCA
Anuar Cortázar Cáez
Taller RENATA -CARTAGENA


En las ciénagas de Cascajal, grandes y hermosas por sus aguas de color gris, que invitan a darse un exquisito baño, bajo el sol resplandeciente que día a día reflejan sus rayos en las aguas, dispersándolos a diferentes puntos, dando la sensación de introducirse en las profundidades de las ciénagas. Vivieron dos pequeñísimos peces que se encontraron nadando en ese hermoso sistema cenagoso, llegaron a conocerse y aceptarse desde temprana edad el uno al otro, se criaron juntos como si fueran hermanos aún siendo de clases diferentes, la mojarra y la arenca, seguían a todos los rincones nadando las ciénagas, se alimentaban y se ayudaban mutuamente a defenderse de los peces grandes, porque sabían que estos se los podían devorar, nadaban todas las ciénagas huyendo de los pescadores y de los otros animales que en ellas se encuentran. Ya habían crecido y cierto día la mojarra se descuidó de la arenca y ésta se le perdió; la mojarra inicia la gran tarea de buscarla, presintiendo que algo le hubiera pasado en las inmensas ciénagas; duró muchos días, semanas y no la encontraba, con su lenguaje se comunica con todas las demás mojarras de la situación de la arenca.Salieron en cardumen a buscarla teniendo que sortear muchos peligros, la mojarra se vio seguida en varias oportunidades por la babilla mona, pero ésta no la alcanzó para comérsela; también tuvo que sortear el peligro del bagre pintao en esa búsqueda incansable, hasta que un día encontró a la arenca.Ya tenía otras amistades y la mojarra al acercársela, la arenca la miró indiferente; la mojarra le dijo. Hace muchos días que me dejaste y me puse a buscarte obstinado, hasta ahora que te encuentro; creo que merezco una explicación; porque no te hecho nada que te haya molestado.La arenca mirándola fijamente le contestó:Lo que pasa es que yo soy un pez fino y bello, cabeza pequeña, cuerpo delgado armónico con escamas brillantes, con velocidad para nadar, como ves, somos de la misma especie pero de clases diferentes, aunque seamos del mismo hábitat. Perdona porque has sido muy buena conmigo, pero he conseguido unos amigos como tú, de mi misma especie; sus amigos comenzaron a nadar dándole vueltas a la mojarra, haciéndoles gestos indeseables con su nadar y luego se colocaron al lado de la arenca, al ver lo que estaba pasando la mojarra entendió y se puso triste, que casi no podía nadar, expresó con voz entrecortada: arenca tu eres y seguirás siendo mi mejor amiga, aunque no andes conmigo , te aprecio, respeto y te estimo, sabes que por eso de la vida nos criamos juntos y nos ayudamos a defender de los peces grandes, que hasta uno de ellos, el bagre pintao, casi te devora una vez, de cosa que te defendí distrayéndolo.Bueno yo me encuentro bien, aquí con mis amigos dijo la arenca, verdad?, sus amigos movían la cola como ratificando lo que decía su compañera.Será, como yo soy bocona, ancha, cabezona, amarilla, fea y ustedes son muy lindas, finas y veloces y yo no lo soy.La mojarra se fue sola, triste y cabizbajo, sabía que había perdido a su mejor amiga, se encontraba desconsolada, quería que el bagre pintao y la babilla mona se la comieran; pasó así varias semanas, no quería comer, decepcionada salió a nadar las ciénagas para conseguir otras amistades y se cansaba, estaba deprimida, no le fue posible encontrar otras amistades como la de la arenca, porque a cualquier cardumen que se acercaba, estas la miraban con displicencia, nadaba de un lado para otro, la familia de las arencas hacían sus reuniones sociales y no la invitaban.Un día escuchó el ruido de los pescadores y se escondió debajo del tapón para que no la fueran a cazar, de pronto oyó cuando los pescadores lanzaron la atarraya y se percibió un sonido fuerte, la mojarra lo identificó. Era el de la arenca, inmediatamente salió veloz, llegó al sitio a donde lanzaron la atarraya, observó que en la red que era de tejido menudita estaban atrapadas la arenca y sus amigas. La mojarra llamó a los suyos de su misma especie; como un rayo llegaron y con una velocidad impresionante cortaron la red con sus finos dientes.La arenca y sus amigos salieron.La familia de las arencas quedaron sorprendidas, nadando triste, consternada y apenada, fue agradecerle a su amiga de infancia por sacarla del apuro en que se encontraban y por haberles salvado la vida.De allí en adelante todos los peces de las ciénagas de Cascajal, las arencas, las mojarras, los bocachicos, los bagres, el barbudo, la pacora, doncellas, y demás han sido una sola familia unida, y han vivido felizmente como todos los cascajaleros. ANUAR CORTÁZAR CÁEZ........Cascajal julio 1989

lunes, 8 de diciembre de 2008

Reflexión

¿Si uno se apega al desapego, está realmente desapegado?
Por Juan V. Gutiérrez M.
(De la Asociación de Escritores de la Costa
y Taller Yngermina- RENATA)

Siempre miraba, con un poco de sorna, la actitud de las personas que permiten ser objeto de publicidad, por ser portadores de determinado favor en bien de otro ser u entidad cualquiera, miraba el tufillo de sobrevanidad estúpida en aquella situación. Y sobrada razón tenía y sigue teniendo el difunto Sócrates, que lucía con esmerado silencio la toga que le había confeccionado Xantipa, su mejer. Nos da un ejemplo cuando se encuentra con Antístenes, quien se caracterizaba por hacer alarde de extremada indiferencia ante la suntuosidad de la toga que portaba cualquier otra persona. Antítesis, mostraba los huecos de su toga y la manera como la lucía, sin ninguna preocupación. Es por lo anterior que cuenta Roger-Pol Droit y Jean- Philippe de Tonnac, lo siguiente: “Viendo Antístenes a Sócrates lucir la toga que le había elaborado Xantipa, Antístenes se le acercó exhibiendo los agujeros de su capa. Como para recordarle quien era el verdadero filósofo, el auténtico sabio, el que había tenido el coraje de abandonar las apariencias y de perseverar en eso. Entonces Sócrates miró a Antístenes. Y sin que el otro tuviera tiempo de responder, dijo dando vuelta la esquina: “Es tu vanidad lo que veo a través de tu toga “.
Así veo en Cartagena en la, páginas sociales donde aparecen damas de todos los colores, artistas que llevan sobre sus espaldad miles de oscares que no derrumban su vanidad, sino que la acrecienta, deportistas que han dejado miles de huellas en los diferentes callejones de la fama por donde los han invitado a caminar para tejerle la tela de su fama, científicos que oscurecen sus hallazgos con la muestra de la dádiva que aportan a las manos extendidas de los excluidos, en contraposición a aquellos que buscan la cercanía silenciosa para calmar las penas de sus congéneres. ¿por qué deben tocar bombos y platillos cuando lanzan las monedas a la “tiña”, si no están asistiendo a ningún acto de tradición cultural? ¿Será que siempre necesitan las marquesinas para engrandecer su ego, empequeñeciendo al que recibe el favor? No, ellos , nunca miran la importancia que tiene la defecación, nunca han mirado la urgencia con que se mueve el excremento por el interior de los intestinos, buscando abandonar aquel cuerpo que lo aprisiona y lo somete a los procesos de extrema selección, para tomar el más insignificante átomo de la estructura deteriorada. ¡Ay!, si los que portan el estandarte de la luz de sus acciones, comprendieran, el estado mucoso de sus interiores , y es por eso que nos preocupamos por llevar deshidratadas las mejillas mostrando la lozanía de las hojas verdes de los almendros, odiamos la tristeza de la humedad de los interiores, jamás queremos mirar el color acre de las heces, pero nos embelesamos en los matices de las paredes de las casas que muestra Cogollo en su plástica, jamás pensamos en la similitud del color del excremento con el oro que se obtiene del mazamorreo que se hace a la orilla del río Baudó. Al contrario se muere todo un continente, que ha hecho de iguana, como es la África, esa, que ahora esconde en su vientre el mineral Coltán, piedra filosofal del mundo de punta en la tecnología. ¡Pobre lugares del mundo que llevan en sus entrañas los huevos de la dicha! . Todo esto, desconociendo La revolución higienista, de la cual habla Dominique Laporte en su libro: HISTORIA DE LA MIERDA (pág.115): “Durante tres cuarto de siglo el higienista habla sin parar de la sangre, de la leche, de la mierda, del sexo, del cadáver, del esperma, del vertedero, de los hospitales, de la fábrica, de los meaderos. Es el príncipe consorte de la civilización del orden burgués, de la Europa colonial encarnada para siempre en la figura de Victoria. En el corazón de sus relatos, de sus memorias, de sus observaciones, de sus informes, cartas, ensayos, comunicaciones, etc., la cuestión de lo excremencial lo persigue. A principio del siglo XIX. La mierda no se trata tan sólo de eliminarla, de separar en ella lo líquido de lo sólido, de colarla y desinfectarla, se trata, aún más bien, de rentabilizarla. “Recordad, dice Bentham, que no satisfacemos, o al menos no deberíamos satisfacer, una necesidad sin sacar provecho. Debería servir de abono”. (Citado por J. A Miller : “La Machina panoptique de Jeremy Bentham”. Y el hombre del siglo XX y XXI, extrajo el excremento de la madre Tierra y clavó su laza en la tierra para ver morir de hambre a sus semejantes. Pero el hombre hambriento adobó la tierra y la dio en forma de galletitas a los hijos de Haití, descendientes de la iguana mayor África.

juanvgutierrezm@yahoo.es

martes, 2 de diciembre de 2008

Quinoja

MANUEL OSORIO Y LA CULEBRA BOA
Joaquín Rosales
Taller Yngermina - Cartagena - RENATA


Ya avanzada la temporada veranera, en el mes de maro, mi papa decidió derribar una franja de arboles y monte situada a la orilla del rio San Jorge con la ciénaga de Galindo en la región de La Mejana con el fin de sembrar pasto para el ganado; para este menester contrato a un grupo de jornaleros integrado por los señores Rafael Ávila, Manuel Cruz, Pedro Bravo , Manuel Osorio y otros.- Manuel Osorio era oriundo del corregimiento de El Salado en El Carmen de Bolívar. era un hombre de temperamento apacible y de movimientos lentos, por eso lo apodaban El Perico Ligero
Un lunes llegaron todos enguayabados porque el domingo se había tomado unos bueno tragos de Aniceto; después del desayuno iniciaron sus labores con el entusiasmo acostumbrado; l medio día suspendieron la faena para almorzar con un suculento sancocho de boca chico fresco.- Los efectos del sancocho y del guayabo hicieron sus efecto y cada uno fue buscando un lugar fresco conde hacer la siesta
Manuel Osorio(Perico Ligero),se alejo del grupo y se durmió bajo la sombra del manglar donde había estado trabajando y para mayor comodidad se soltó el cinturón de un pantalón corto y ancho que vestía, también le desabotono la bragueta, tenia además una franela de cuello ancho con varia roturas; había reunido varias ramas frescas con las que hizo un manojo a manera de almohada, estaba en decúbito dorsal con una pierna extendida y la otra plegada con la rodilla en alto, contemplaba a unas iguanas que tranquilas como él , reposaban en las ramas de los arboles; disfrutaba sintiendo que la brisa fresca le entraba por la bocamanga del pantalón y le refrescaba el bálano; sin darse cuenta se quedo dormido.-Una boa joven decidió dar un paseo , avanzo lentamente hacia donde se encontraba Manuel Osoreio; sin intención maligna entro por la bocamanga del pantalón de Osorio, por donde antes entraba la fresca brisa, la culebra siguió penetrando suavemente , paso por la verija y el ombligo , siguió por dentro de la franela y llego al plexo solar; mientras tanto ,Manuel Osorio soñaba deliciosamente que una hermosa mujer, muy dulce y tierna, con manos sedosas le hacía cosquillas…Cuando la culebra saco la cabeza por el cuello de la franela, el dulce durmiente despertó y l abrir los ojos vio con estupor la cabeza de la boa a diez centímetros de su nariz; el cuerpo se le puso rígido porque el instinto de conservación le hizo concentrar toda su capacidad motriz en su mano derecha, en milésimas de segundos cerro sus dedos alrededor del cuello del reptil apretando con todas las fuerzas que le ordenaba su atormentado cerebro, mientras la serpiente se contorsionaba por la asfixia y Manuel Osorio emitía desgarradores gritos de horror pidiendo auxilio, todos sus compañeros acudieron precipitadamente hacia el, cuando llegaron, cuando llegaron todos se horrorizaron al ver la escena, ; ambos, hombre y culebra estaban inmóviles.- Rafael Ávila con voz trémula exclamo : ¡mierda, no joda! l culebra mato al perico ligero!.. otro agrego : pero hay que quitarle la culebra, y poniendo manos a la obra se la quito a Manuel y la boto lejos, pero ya el animal estaba muerto pero Manuel Osorios estaba inconsciente.- Entre todos lo embarcaron en una cano y con la fuerza de seis remos la canoa surcaba velozmente la superficie de las aguas dejando estelas de burbujas ; los remeros iban silenciosos porque sus cerebros habían concentrado toda su capacidad en los músculos de su brazos.- En un tiempo récor, aun imbatible, llegaron a la casa de Manuel Aguado en el pueblo Bocas de San Antonio, quien ordeno que desnudaran al paciente para lavar su cuerpo con el fin de localizar la mordedura; cundo estaban lavándolo, Manuel Osorio recupero el conocimiento y empezó a gritar con lo ojos desorbitados , como un potro cerrero salto a correr sin darse cuenta que estaba desnudo, sus amigos lo detuvieron y lo calmaron; el doctor Aguado ordeno que le dieran un trago de ron, convencido ya que el peligro había pasado porque no encontró en su cuerpo ninguna señal de mordedura
Fue Emilio, la mujer de Osorio, quien al momento de lavar la pantaloneta y la franela , noto que en ellos habían residuos de ; ¿pero residuos de qué? si, en el pantalón había humedad de los tragos que había ingerido el día anterior y en el cuello de la franela residuos indigesto del sancocho de pescado .- Lo bueno y positivo de este acontecimiento fue que a Manuel Osorio le cambiaron el apodo, ya no le decían Perico Ligero por lento sino Potro cerrero por lo brioso y rápido que lo dejo la boa .
Lo cierto es que Manuel Osorio cambio de actitud, se convirtió en un hombre ágil y activo ; de ahí nació el siguiente refrán : CON CULEBRA DENTRO NO HAY PERICO LIGERO LENTO.
QU9INOJA.
Taller Yngermina
Septiembre l9 de 2008